12/04/2024

La Suma Sacerdotisa

 


La noche había caído y un repentino sopor nubló mi pensamiento. Estaba oscuro y en silencio. Había luna nueva. 

Comencé a avanzar entre la espesura, temiendo adentrarme en un mundo  incierto y fuera de control para la mente. No sabría decir cuánto tiempo estuve así, pero al cabo de un rato, largo o corto, vislumbré una luz al final del sendero. Caminé hacia ella. Era de una vieja cabaña de madera oscura con una chimenea humeante rodeada de cedros y abetos. Fuera, en el porche, una calavera iluminada hacía de farolillo. Alguien debía de habitar aquella morada. Sin dudarlo llamé a la puerta, necesitaba pasar la noche en algún lugar, al calor de un hogar; fuera hacía frío, estaba oscuro y, además, tenía hambre y sed. Una voz femenina, y muy familiar, desde el interior de la cabaña, me dijo:

—Pasa, niña, empuja la puerta. Te estaba esperando.

Entré y vi a una anciana de espaldas. Yo no era ya niña, pero al pasar, y ante su presencia, por alguna extraña razón, así me sentí. Ella estaba ante el fuego de la chimenea, murmurando algo ininteligible ante un caldero de hierro fundido cuyo líquido interior borboteaba. Cuando se giró y me miró no hicieron falta las palabras. Supe de inmediato por qué había llegado hasta aquí. Me acerqué al caldero y con esa sonrisa de quien lo sabe todo de ti me dijo:

—No temas, asómate y dime qué ves en el interior.

Recuerdo la sensación de mi mirada, no era como la que tengo en mi conciencia ordinaria, sino otra: vaga, más relajada, abierta y desenfocada. Miré y una serie de imágenes en la superficie se dibujaron: mi cabeza flotaba en aquel caldo. No sé por qué no me asusté, pero me quedé un buen rato observando mi cabeza cociéndose en aquel líquido, sin tratar de comprender nada. Y así pasó el tiempo. No sé cuánto, si mucho o poco.

Sonó el despertador. 

Abrí los ojos y, en la semioscuridad de la habitación clareada por las tempranas luces del nuevo día, fui despertando. 



María Reino




La carta de la Suma Sacerdotisa es el Arcano Mayor número 2 (de los 22 que son), y la imagen de la cabecera corresponde al Tarot de Rider-Waite. Las imágenes de más abajo de este mismo arcano pertenecen a otras barajas, otras versiones del Tarot: el de Marsella y el egipcio.








1 comentario:

  1. Al caminar hacia la luz, siempre en nuestra mente, surgen y bullen nuevas ideas. El camino puede ser sinuoso, pero merece la pena.

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